El contexto internacional de la IA: China, EEUU y la Unión Europea
11/2021
La Unión Europea apunta a un estilo económico basado en la competitividad empresarial y la voz ciudadana, mientras que Estados Unidos se muestra más cómodo en las prácticas empresariales de las grandes corporaciones que, en ocasiones, son acusadas de conductas monopolísticas. Por su parte, China persigue desbancar a los estadounidenses ayudando a sus empresas en el desarrollo de la Inteligencia Artificial. Tanto unos como otros lideran la innovación de la economía de los datos que está relacionada mayormente con los sistemas técnicos informacional (buscadores de internet, las redes sociales, etc.) y el transaccional (e-Commerce, EDI, y en general plataformas digitales de transacciones comerciales), pero ¿ocurre lo mismo con la técnica operacional de la robótica autónoma?, y ¿cuáles son los rasgos tecnológicos que caracterizan a las tres potencias? Veamos.
China basa su producción en la mano de obra barata y es relativamente débil en cuanto a innovación, ya que su sector productivo industrial no está sustentado en general en la alta tecnología. Actualmente, se encuentra en el puesto número catorce del ranking mundial de innovación por detrás de Suecia, Estados Unidos, Países Bajos, Reino Unido, Finlandia, Alemania y Dinamarca.
Estados Unidos lidera con los sistemas técnicos informacional y transaccional de la IA la economía de los datos. Un buen ejemplo son las grandes tecnológicas a nivel global conocidas como Google, Apple, Facebook y Amazon. Este país fomenta el liderazgo estadounidense al tiempo que trata de proteger las libertades civiles y la privacidad.
Por su parte, la Unión Europea es una potencia en robótica, ya que produce más de un cuarto de todos los robots industriales y de servicios del mundo, situándose a la vanguardia de la utilización de la Inteligencia Artificial en los procesos de fabricación, en los que el 51% de los grandes fabricantes europeos aplican al menos un elemento de esta tecnología en sus operaciones, muy por delante de Estados Unidos y China. Algunos de los fabricantes europeos son: Siemens AG, Kuka Robotics, ABB Robotics, Stäubli, Comau, Universal Robots y Mobile Industrial Robots.
En efecto, las directrices de la Unión Europea de revertir la deslocalización de empresas europeas en países asiáticos, pueden fundamentarse en la idea de que los robots europeos son tan eficientes como los chinos o americanos trabajando 24 horas al día los 365 días del año. En otras palabras, la automatización hace que los costes de la mano de la obra pierdan relevancia en el proceso de decisión sobre dónde situar o mantener las plantas de fabricación.
Además, consideramos importante señalar que competir en un motor de búsqueda de internet, o una red social como WhatsApp-Telegram-Facebook, o entrenar algoritmos de aprendizaje automático para diagnosticar enfermedades, es más rápido y menos costoso que competir en la fabricación de robótica autónoma contra las empresas de robótica convencional ya establecidas, lo que proporciona a la Unión Europea una ventaja competitiva industrial para abordar la innovación de esta técnica operacional que combina los datos con la automatización (robótica industrial y de servicios, fábricas inteligentes, conducción autónoma conectada, etc.).
Estas reflexiones nos llevan a afirmar que en general los estudios comparativos entre la Unión Europea, China y EEUU no distinguen entre los grandes sistemas técnicos informacional, transaccional y operacional, por lo que los análisis y resultados suelen estar decantados de modo que, en primera vista, parece como si Europa estuviera muy por detrás de China y EEUU. Ciertamente no resulta trivial llegar a conclusiones definitivas sobre la carrera tecnológica de las tres potencias cuando se contemplan los tres sistemas técnicos, más cuando EEUU y China están representadas por unas pocas corporaciones.
En cuanto a los rasgos tecnológicos que caracterizan a cada una de estas tres grandes potencias son que, China es un sistema político totalitario que parece perseguir la vigilancia masiva de la ciudadanía con IA, a modo de un enorme panóptico digital, para evitar la disidencia política. Estados Unidos toma partido por unos rasgos tecnológicos de carácter economicista, dado que los estadounidenses conciben la Inteligencia Artificial, la Robótica Autónoma y el Big Data como tecnologías que sirven principalmente para aumentar el beneficio económico de sus corporaciones. Y por su parte, la Unión Europea se caracteriza por la agilidad de las pymes y la robustez de las grandes empresas, y por dar forma a una sociedad que respete los valores humanos, sociales y ambientales. Una combinación ganadora para construir «Más Europa» unida en la diversidad, reflejada en los marcos jurídicos y éticos que analizaremos pronto en otra ocasión.
Arturo Gradolí es doctor en estudios históricos y sociales en ciencia y tecnología, filósofo, informático y escritor.
