El Barroco: La Revolución Integral Europea
01/2015
1. Introducción
El modelo astronómico geocéntrico es aquel que sitúa a la Tierra inmóvil en el centro del universo mientras el Sol la circunda. Esta antigua creencia babilónica, fue estudiada y desarrollada con múltiples modelos por los astrónomos griegos, los cuales tenían la propiedad de predecir las posiciones de los planetas conocidos en aquella época. El geocentrismo fue adoptado por la Iglesia, ya que se adaptaba perfectamente a su cosmovisión teocéntrica.
Aristarco de Samos (310-230 AC) astrónomo y matemático griego, propuso el modelo heliocéntrico, aquel en que el Sol está en el centro del universo y la Tierra orbita a su alrededor. Sin embargo, Aristarco no persuadió, quizás porque el modelo geocéntrico explicaba el mundo de aquella época, y esto fue una causa de que durante muchos siglos las líneas de pensamiento de filósofos, teólogos y astrónomos dirigieran sus miradas al modelo geocéntrico.
Nicolás Oresme (1323-1382) en Livre du ciel et du monde, demostró que las razones propuestas por la física aristotélica contra el movimiento del planeta Tierra no eran válidas; además, invocó el argumento de la simplicidad (la navaja de Ockham) en favor de la teoría del movimiento de la Tierra.
Nicolás Copérnico (1473-1543), en el Renacimiento, con su obra fundamental De revolutionibus orbium coelestium publicada en 1543 retoma a los pensadores anteriores y refuta el geocentrismo y, por ende, el modelo astral de Ptolomeo, afirmando que el Sol es el centro del universo y la Tierra lo orbita en constante movimiento. El libro fue incluido en el Index librorum prohibitorum, índice de libros prohibidos por la Iglesia católica por ser perniciosos para la fe cristiana. Parece ser que Hipatia (370-418), matemática y astrónoma alejandrina, mantuvo la tesis del heliocentrismo. Sus comentarios al libro III del Almagesto de Ptolomeo (100-170) se consideran de gran importancia, y es fácil que Copérnico tuviera conocimiento de ellos, ya que el único ejemplar de ese libro se conservaba en la biblioteca de los Médicis en Florencia, y Copérnico estuvo allí estudiando textos astronómicos griegos.
2. La revolución en la astronomía
En el siglo XVII llegaron los Tycho Brahe (1546-1601), Galileo Galilei (1564-1642), Johannes Kepler (1571-1650), Christiaan Huygens (1629-1695), Giovanni Cassini (1625-1712) e Isaac Newton (1642-1727) para revolucionar la astronomía. Tycho, astrónomo danés de creencias semejantes a la geocéntrica, dedicó su vida a registrar con mucha precisión en Uraniborg, un centro astronómico anterior a la invención del telescopio, las posiciones de los planetas. Galileo, astrónomo, matemático, físico, ingeniero y filósofo toscano, perfeccionó un artefacto holandés que permitía poner ante los ojos, objetos lejanos: el anteojo o telescopio, patentado por Hans Lippershey en 1608. Galileo detectó estrellas invisibles y cuestionó la teoría aristotélica con datos objetivos y verificables, como las montañas de la Luna, las manchas solares y los satélites de Júpiter. Kepler, astrónomo y matemático alemán, tomando como referencia los datos de Tycho y la teoría heliocéntrica de Copérnico, formuló sus tres leyes, de ellas, la primera (1609) dice que todos los planetas se desplazan alrededor del Sol describiendo órbitas elípticas, y el Sol se encuentra en uno de los focos de la elipse. Kepler escribió Somnium, publicado cuatro años después de su muerte en 1630, considerada la primera novela de auténtica ciencia ficción que trata de un viaje a la Luna. Huygens, astrónomo, físico y matemático holandés, explicó las fases de Saturno, descubrió el satélite Titán y con sus cada vez más perfeccionados telescopios que él mismo construía, llegó a vislumbrar estrellas en la nebulosa de Orión. Cassini, astrónomo genovés, dedujo la distancia a Marte, encontró nuevos satélites de Júpiter, y descubrió un vacío en el sistema de anillos de ese planeta (División de Cassini). Isaac Newton (1642-1727), físico, teólogo, filósofo y matemático inglés, autor de los Philosophiae naturalis principia mathematica, describió la ley de gravitación universal y estableció las leyes de la mecánica clásica. Newton es considerado el primer físico que formuló un modelo mecanicista del funcionamiento del universo
3. La revolución en el discurso científico.
El Barroco, se caracteriza por la ruptura con las antiguas creencias en la especulación y la deducción. Francis Bacon (1561-1626) afirmó que la verdad no se deriva de la autoridad, y el conocimiento es fruto ante todo de la experiencia. Es un alegato en favor del empirismo y en contra de la metafísica. En su obra Novum Organum de 1620 habla de la observación (mirada vertical), la experimentación, la inducción a partir del uso de la analogía, de las raíces del método hipotético inductivo y de los contraejemplos, avanzándose al falsacionismo de Popper en tres siglos. Galileo aportará a este discurso de la nueva ciencia que la base de todos los fenómenos es la cantidad, la relación numérica y la matemática, por lo que cualquier cosa que pueda ser observada o medida, forma parte del discurso científico. René Descartes propugnó una filosofía científica y publicó en 1637 la obra Discours de la méthode, que contiene un esquema del método científico.
4. La revolución integral.
El Barroco engendró una gran cantidad de pensadores en múltiples áreas de las ciencias que provocaron una radical transformación de ver y operar sobre la naturaleza y el hombre. Un nuevo modelo de la ciencia occidental con matemáticos, lógicos, biólogos, químicos, físicos, filósofos, fisiólogos, tecnólogos, artistas, políticos, fueron los precursores de la ciencia, la filosofía, la política, la economía, el arte y la tecnología moderna: William Harvey (1578-1657), Pierre de Fermat (1601-1665), Blaise Pascal (1623-1662), René Descartes (1596-1650), Rembrant (1606-1669), Bento Spinoza (1632-1677), Thomas Hobbes (1588-1679), John Locke (1632-1704), Christoph Scheiner (1573-1650), Robert Boyle (1627-1691), Robert Hooke (1635-1703), 3er conde de Shaftesbury (1671-1713) y Gottfried Leibniz (1646-1716) entre otros, investigaron sobre el cuerpo humano, el cálculo diferencial, los fluidos, la condición humana, el universo, el sonido, la electricidad, la microscopía, la naturaleza de la luz, la gravitación universal, etc.
El Barroco es un momento destacado como inicio de la comunicación de la ciencia. Aparecen las llamadas Academias de las Ciencias: Academia dei Lincei (1603), de la que fue miembro el propio Galileo. En 1660 se creó La Royal Society of London for Improving Natural Knowledge, que contó con Newton como uno de los primeros presidentes; y entre 1666 y 1667, La Academia de las Ciencias de Francia, La Academia de Berlín, y El Observatorio Astronómico de París. Es también durante el Barroco cuando empiezan a aparecer los que podrían considerarse primeros museos de ciencia, como el Jardín Real de Plantas Medicinales de Paris (1635) o el Observatorio de Greenwich (1675).
5. Conclusión
El Barroco se caracterizó por una nueva actitud epistemológica inmanente ante la naturaleza y el hombre. Se le considera como una categoría estética, pero también fue filosófica, científica e ideológica: racionalismo, empirismo, aplicación del método científico y razón frente a los dogmas trascendentes e inapelables de fe. También resurgió el ateísmo, como el promulgado por el librepensador Lucili Vanini (1585-1619), ejecutado al igual que Giordano Bruno (1548-1600) por sus ideas revolucionarias y peligrosas para el sistema cultural dominante, subsumido desde la Alta Edad Media en el ideal del más allá. La cosmovisión teocéntrica retrocedió ante el antropocentrismo y posibilitó el lema kantiano de la Ilustración: ¡Sapere aude!
EL Barroco, es entonces, mucho más que una revolución científica y una categoría estética: es el origen de la Modernidad, un periodo mayor, una ruptura y cambio de paradigmas que modificó el imaginario colectivo y el êthos occidental en el siglo XVII y sus márgenes, el cual podríamos denominarlo como El Barroco: La Revolución Integral Europea, porque consolidó las innovaciones y renovaciones que tuvieron lugar durante el Renacimiento, y creó las condiciones de posibilidad para la emergencia del Siglo de las Luces y de la Edad Contemporánea.
Gener 2015