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Libro X de Ética a Nicómaco de Aristóteles.

11/2012

(2º viaje de Àlex mediante Realidad Virtual Inteligente RVI)

Sinopsis:

El siguiente relato tiene el objetivo de divulgar desde un marco sencillo, el concepto del placer y la felicidad de Aristóteles, referido a su libro X de Ética a Nicómaco. El formato es una especie de parábola retro-futurista, y está pensada para contrastar y criticar los conceptos aristotélicos con conceptos de algunos filósofos contemporáneos. A fin de hacerla más intuitiva los diálogos son a modo socrático.

Àlex, una persona perteneciente a las nuevas especies humanas nacida en Abdera, un lejano planeta colonizado y poblado por nosotros hace siglos, visita por segunda vez su Madre Tierra.

Relato:

“Es razonable pensar que el placer y la felicidad influyen sobre nuestras facultades de razonar, al igual que el razonar influye sobre nuestro placer y felicidad”.

─Pero, ¿qué es el placer y la felicidad para vosotros? preguntó Alex al observar como sus ancestros terrícolas la miraban con asombro y curiosidad.

 ─Mira Alex, le dije después de saludarla, nosotros, después de haber alcanzado y disfrutado durante muchos siglos del progreso económico y abundantes conocimientos técnicos y científicos, hemos recuperado para la especie humana en nuestra meta-nación Tierra, algunas creencias idealistas de los clásicos griegos, entre ellas el ideal de felicidad.

Verás, hace casi cuatro milenios, en la antigua Grecia, Atenas, vivió Él, nuestro filósofo, Aristóteles, que escribió sobre el placer y la felicidad en el libro X de su Ética a Nicómaco. Bueno, Alex, no sé si esto te puede interesar.

 ─Ya lo creo, todo sobre el placer y la felicidad me atrae muchísimo. Recuerdo que Bertrand Russell allá por el siglo XX decía que la vida buena o feliz, es aquella que está inspirada por el amor y guiada por el conocimiento, y se componía para él de una buena educación, amor, hijos (si se desean), amigos, una renta suficiente para no pasar miserias ni angustias, buena salud y un trabajo interesante. Por supuesto todo ello dentro de una libertad personal y en un contexto de democracia liberal.

 ─Alex, si te apetece, mientras levitamos hasta el puerto de amarre de la nave, podrías conocer casi de primera mano las enseñanzas de nuestro Maestro, sumergiéndote en la RVI, realidad virtual inteligente. ¿Qué te parece?

 ─Estupendo, genial.

 ─De acuerdo, pero antes tengo que situarte en la época. Es muy importante zambullirse en el contexto histórico para comprender el significado y sentido del libro, o como también diría Dilthey, desentrañar la intención que el autor manejaba cuando escribió su Ética a Nicómaco, obra del ámbito de las ciencias del espíritu. Te haré un pequeño preámbulo solo cultural y de valores, sin entrar en acontecimientos importantes. Verás, en aquella época, siglo IV a.C., mientras Atenas era una ciudad-estado con un régimen político democrático, no existían elecciones libres como ahora, sólo los privilegiados que tenían derecho a la política eran los llamados ciudadanos, y quedaban excluidas sus mujeres, los metecos y los esclavos. Estos últimos formaban parte de la servidumbre de los οἶκοι (oikos), que eran las familias elementales y extensas griegas, y no se les puede comparar a los esclavos romanos o a la esclavitud tal como la conocemos de las épocas coloniales de la Modernidad.

─¡Ya tengo puesta la túnica y el casco de realidad virtual! ─exclama ella.

─Excelente Alex. Ahora intenta trasladarte mentalmente al lugar donde vive Aristóteles. Imagina el entorno donde vas a dialogar. Estas en un lugar casi paradisíaco, no lejos del santuario de Agras, en el Ática, junto a un riachuelo de aguas transparentes donde mana un agua muy fría desde la base de un platanero, fuente probablemente consagrada a alguna ninfa divina. Paseas relajadamente con él.

Ready RVI …

─Hola Aristóteles,

─Hola Alex,

─Encantada de conocerle ¿Puedo tutearte?

─Si claro. Puedes llamarme Maestro.

─De acuerdo Alex, por cierto eres muy hermosa.

─Gracias por el cumplido ¿Qué es el placer, Maestro? ¿Es un bien, un movimiento, una actividad, una satisfacción, es la belleza, quizás?

─Verás, unos dicen que el bien consiste en el placer, sin embargo otros dicen que el placer es vil, unos porque están convencidos de su vileza y otros porque aun sabiendo que es un bien, dicen que es mal para contrarrestar la atracción del placer, y así equilibrarse en la balanza del término medio que es una virtud.

Hay opiniones que avalan que el bien consiste en el placer. Eudoxo de Cnido, matemático y astrónomo, pupilo de Platón, con el que tuve el placer de filosofar, afirma que el placer es el bien supremo, pero Eudoxo es altruista y muy bien reputado y sus opiniones inspiran confianza y verdad, pero más por la excelencia de su carácter que por sus argumentos. Yo considero que esto no justifica suficientemente el que el bien consista en el placer. Hay opiniones contrarias como la de Platón, ya que en su libro El Filebo (60 d) parece mostrar que el bien no es el placer. Afirmo que el bien es aquello a lo cual todas las cosas y todos tienden, incluso creo que los irracionales tienden un bien natural (instintivo) que tiende al propio bien de ellos.

─Eso es teleología, ¿verdad, Maestro?, algo así como el carácter intencional de todo, o que todo se emprende o se realiza para la consecución de algún fin.

─Si, así es, y también se puede definir como que todas las cosas tienden a cumplir el fin determinado por su naturaleza, como la semilla que tiene el fin de convertirse en árbol, pero termino el razonamiento afirmando que hay placeres que derivan de fuentes nobles como la amistad recíproca, y hay placeres que derivan de otras vergonzosas como enriquecerse a costa de una traición, por lo que el placer siempre no es el bien.

─Placentero paseo, Maestro.

─Muy agradable, Alex. Pero continuemos, me preguntaste si el placer era un movimiento ¿verdad?

─Así es. Verás, el movimiento es algo imperfecto, pero la velocidad y la lentitud no le pertenecen al placer, ya que el placer o la ira puede encontrarse rápida o lentamente, sin embargo no es posible en la actividad misma del placer, en el gozar, ya que el gozar como toda actividad necesita su tiempo.

─ ¿Y qué me dices de la satisfacción, Maestro?

─La satisfacción de una necesidad fisiológica como el hambre, puede producir placer, pero el placer derivado del aprender y de los placeres sensibles como los del olfato o del gusto no van precedidos de nada, y por lo tanto no pueden ser satisfacción, por lo que el placer no es siempre satisfacción.

─¿Y de la belleza?

─Sobre la belleza, te diré que cada actividad tiene su placer propio, así el propio de la actividad honesta será bueno y el de la mala perversa, así como el deseo de lo hermoso es laudable y el de lo feo censurable, entonces el placer se da en la belleza cuando es honesta.

─Entiendo, para vosotros la belleza es objetiva y moral.

─Sí, así lo entendemos y lo profesamos, es lo que denominamos kalokagatia, es decir, la belleza y la bondad son de suyo un todo. Y por todo lo dicho anteriormente concluyo que ni el placer es el bien, ni todos los placeres son apetecibles; también concluyo que el placer no es un movimiento, ni una satisfacción, ni un habito ni disposición, ni tampoco la belleza en general, pero si afirmo que el placer es una actividad y que sin actividad no hay placer. Además te diré que los placeres intensifican las actividades y cada actividad es intensificada por el placer que le es propio, pero cuando ejercitamos a la vez dos actividades, la más agradable expulsa a la otra, y tanto más cuanto más la aventaja en placer.

─Creo que intuyo lo que dices, es como si la suma de dos actividades simultaneas que producen placer, no necesariamente dan así como el doble de placer, sino que el placer se mantiene constante, uno pierde en favor del otro.

─Exacto Alex. Aunque hay grados de placer, siendo el más alto el que es más excelente, el placer producido por una actividad es un obstáculo para otra. Así los aficionados a la flauta son incapaces de prestar atención a una conversación si están oyendo a un flautista, porque encuentran mayor deleite en su arte que en la conversación presente; luego el placer de la flauta destruye la actividad de la conversación.

─¡Y ahora vayamos a por la felicidad!

─Excelente Alex, me encanta charlar sobre el fin de todo lo humano, la teleología con mayúsculas, como tu dirías, y te adelanto de nuevo, que la felicidad es el fin de todo lo humano y es algo perfecto y suficiente, ya que es el fin de los actos.

─¿Es la diversión, la felicidad?, Maestro.

─Sería en verdad absurdo que el fin del hombre fuera la diversión, ya que ella es una especie de descanso y el descanso no es un fin, puesto que lo tomamos por causa de otra actividad. La felicidad no consiste en satisfacciones momentáneas u ocasionales, sino que es un estado prolongado y estable. La felicidad es algo más Alex. Fíjate que cualquiera, tanto el esclavo como el mejor de los hombres, puede disfrutar de los placeres del cuerpo, pero de la felicidad nadie hace partícipe al esclavo, a no ser que le atribuya también vida humana propiamente dicha.

─Maestro, esto último chirria en mi entendimiento, no estoy segura de tu posición favorable o adversa acerca de la esclavitud, quizás tendré que leer esas frases anteriores con mucha atención en tu libro, para realmente “leer lo que pone”, como diría Heidegger en su estudio sobre la preestructura de la comprensión. Pero continúa, por favor.

─La felicidad, vida feliz o eudaimonia, es la que es conforme a la virtud más excelente. Y al hilo de tu comentario, sea el entendimiento y en su actividad la sabiduría, la felicidad perfecta. La actividad de la mente que es contemplativa parece superior y no aspira a ningún fin distinto de ella misma, sea entonces la vida conforme a la mente y a la actividad contemplativa la más perfecta porque es la más semejante a la vida de los dioses.

─Comprendo. Intuyo que estás influido por los prejuicios percibidos de tu época. Como diría el filósofo fundador de la Escuela Hermenéutica, Gadamer, eres un individuo histórico-espacio-temporal en el cual subyacen las tradiciones tales como las creencias politeístas en la Atenas de tu época, las cuales determinan de alguna manera tus razonamientos.

─No acabo de comprenderte Alex, pero bueno, continuemos. Una característica que se encuentra en la vida intelectual y contemplativa es la independencia y la autosuficiencia. El verdadero sabio puede, aun estando sólo consigo mismo, entregarse al estudio y a la contemplación y cuanto más sabio más se entrega a él. Así, el sabio es el más independiente de los hombres y el más capaz de bastarse a sí mismo. Y sobre todo, no olvidemos que esta vida del pensamiento es la única que se ama por sí misma, de esta vida no resulta otra cosa que la ciencia y la contemplación, mientras que en todas aquellas en que es necesario obrar, se va siempre en busca de un resultado que es más o menos extraño a la acción, por ejemplo en otros actos conforme a la virtud, como los de la política o la guerra, es posible que sean más brillantes e incluso más importantes, pero tienen lugar en medio de la agitación y se llevan a cabo en vista de un fin extraño, pues no se los busca por sí mismos.

─Y la vida más feliz ¿es alcanzable para todos los modos de vida? Maestro.

─Por supuesto que no, sólo para los más privilegiados entre los privilegiados. En mi libro I de Ética a Nicómaco comento que hay tres modos de vida, la vulgar, la política y la teorética. La vulgar es aquella en la que la masa y los más groseros identifican la felicidad con el placer y por eso aman la vida voluptuosa. La política aquella en que los hombres refinados y activos ponen el bien en los honores pues tal viene a ser el fin de la vida política, y finalmente la teorética o la vida contemplativa que es la más feliz, y su virtud, la sabiduría la máxima virtud. Aunque el hombre contemplativo, por ser hombre, necesitará estar provisto de unos bienes moderados que le permitan vivir sin pasar miserias ni angustias y también de la suerte de que la naturaleza le regale una buena salud.

─Lo último que dices, me recuerda a Bertrand Russell, un filósofo del siglo XX, que por cierto hablaba también de la educación. ¿Qué opinas tú?

─La vida templada y firme no es agradable al vulgo, y menos a los jóvenes, por lo que es preciso que la educación y las costumbres estén reguladas por leyes.

─Maestro, muchas gracias por tus enseñanzas. Tu ideal de felicidad puedo comprenderlo e incluso parcialmente compartirlo desde la concepción de que filosofar es un trabajo interesante como dijo Russell. Lo que critico es tu visión de feliz autosuficiencia casi al margen de la comunidad, por necesidades vitales ya comentadas, aun sabiendo que eres una persona que con su magnanimidad se preocupa por el bien de tu ciudad y la antepones incluso al bien individual.

─Alex, me gustaría filosofar con esos filósofos que has citado.

─Pero Aristóteles, si ellos son virtuales como tú, no existen en la realidad, son generados por algoritmos informáticos muy complejos en unos superordenadores cuánticos  ¿Estás loco? ¡¡Eso no puede ser!!

 ─Vaya, lo suponía de nuevo, pero insisto, me gustaría.

Stop RVI …

Alex hemos arribado al puerto espacial de llegada. Fin de la experiencia virtual RVI. Bienvenida de nuevo a tu Madre Tierra.

Arturo Gradolí.

Noviembre 2009

www.neurofilosofia.com

Bibliografía

Ética a Nicómaco. Aristóteles. Centro de estudios políticos y constitucionales 2002.

Por qué no soy cristiano. Bertrand Russell. Los libros de Sísifo. Abril 2006.

Aristóteles: sabiduría y felicidad.  José Montoya y Jesús Conill. Editorial Cincel, 1985.

Verdad y método. H-G. Gadamer. Ediciones Sígueme. 1977