Sobre ABDERA. Un mundo que provoca extrañeza y anima el ánima de la inagotable chispa de la creatividad
11/2015
Bosteza. Estira los brazos mientras bosteza de nuevo. Álex acaricia lentamente la sábana de seda mientras contempla la luminosidad de las cuatro lunas blancas y rosadas que siempre están en el horizonte de Abdera. Una semiesfera cristalina protege una confortable estancia que, transparente como el agua que brota de un manantial, la seduce a contemplar el firmamento en todo su esplendor. Un clima agradable predomina en este planeta poblado por los humanos en constante despliegue explorador por la galaxia de la Vía Láctea.
El frondoso bosque es como un fantasear de Vincent van Gogh hecho realidad. Los árboles de color turquesa y rubí ofrecen los aromas de la fruta. Álex, mientras deambula entre naranjos y almendros de flores perfumadas, siente que es una mujer muy afortunada al vivir en este planeta de ensueño. Paseando por la orilla de un riachuelo de aguas calmadas ve aproximarse a un amigo. ─¡Hola, Heracles! Hoy estás especialmente atractivo.
─Gracias, Álex. Disculpa, pero llego tarde a la convención sobre Teseo, el mítico rey de Atenas. Hasta luego mi querida amiga ─exclama el centauro mientras trota apresuradamente.
─Te deseo un buen día ─le responde ella─, cuando de repente, se conmueve al pensar que deberá embarcar rumbo a su Madre Tierra, cuna de la especie humana donde se gestó la idea de este mundo. Alejado, muy alejado del nuestro, Abdera es un mundo menudo, una esfera pequeña, viva y cambiante como un recién nacido que no sabe todavía qué es, o qué será en el futuro. Sus mares son de esencia de mar azul celeste, las montañas de esencia de montaña de helio liviano, el aire es de un éter cristalino.
Álex de Abdera emprende su cuarto viaje sideral con destino al planeta Tierra. La enorme nave impulsada por energía nuclear de fisión hospeda a más de un millar de pasajeros. Dispone de muchas comodidades y servicios: restaurantes, teatros, cines, piscinas, deportes y salas de lectura. En fin, lo necesario para disfrutar de un agradable viaje. Después de leer unas horas en la biblioteca de popa se decide por saborear el sushi con especias persas y melocotones. Sus ágapes últimamente suelen ser más bien frugales…
Àlex, una mujer perteneciente a las nuevas especies humanas nacida y criada en Abdera, un lejano planeta colonizado y poblado por los humanos hace siglos, visita de nuevo su Madre Tierra y nos cuenta sus experiencias en los viajes de Realidad Virtual Inteligente …
Arturo Gradolí. Informàtic, Filòsof i Màster en Història i Comunicació de la Ciència (UPV-UV)