La lucha feminista y sus alianzas con el abolicionismo y el sufragismo
08/2025

La presente investigación se centra en el análisis de los orígenes y la evolución histórica del movimiento feminista, con especial atención a partir del siglo XIX. El estudio hace hincapié en la confluencia del feminismo con los movimientos por la abolición de la esclavitud y por el sufragismo femenino, incorporando la perspectiva de la interseccionalidad como eje central del relato.
La evolución de la igualdad de género
Durante siglos, las mujeres han sido sometidas a la autoridad masculina en la mayoría de los ámbitos de la vida, desde el social y legal hasta el académico, científico y político. Sin embargo, el pensamiento feminista tiene antecedentes remarcables que se remontan al menos a la Edad Media con la conocida «querella de las mujeres», un conjunto de escritos que, hasta la Ilustración del siglo XVIII cuestionaron su estado de subordinación. Destacan obras como La ciudad de las damas (1405), de Christine de Pisan; Igualdad entre hombres y mujeres (1622), de Marie de Gournay; y Una propuesta seria a las damas para el avance de su verdadero y mayor interés (1694), de Mary Astell.
A raíz de la Revolución Francesa, la escritora Olympe de Gouges proclamó en 1791 la Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadanía, como respuesta crítica a la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789 por la Asamblea Constituyente de Francia, que había excluido explícitamente a las mujeres. Su compromiso con la igualdad la condujo a ser guillotinada en 1793. Paralelamente, en Inglaterra, la filósofa Mary Wollstonecraft publicaba Vindicación de los derechos de la mujer (1792), una obra fundamental en la que denunciaba la desigualdad como una construcción social y reclamaba la igualdad de acceso a la educación como base para la libertad. En general, todas ellas defendieron el acceso de las mujeres a la educación como instrumento fundamental para su libertad y sentaron las bases de un discurso feminista que, con el tiempo, se consolidaría en movimientos políticos organizados y articulados a escala internacional.
Según las profesoras Júlia Nuño y Mariona Lloret, el pensamiento de ciertas mujeres del siglo XVIII influyó de manera significativa en el desarrollo del feminismo. De acuerdo con esta visión, la primera oleada —considerada el nacimiento del feminismo moderno— se identificaría con el periodo de la Ilustración. La segunda oleada se situaría entre mediados del siglo XIX y principios del XX, mientras que la tercera se extendería desde la década de los años sesenta del siglo XX hasta los años noventa, a pesar de que algunas expertas defienden que esta etapa todavía perdura en la actualidad.
En cualquier caso, con la llegada del siglo XIX, el feminismo inició una nueva etapa marcada por la organización colectiva de las mujeres y la vinculación de su discurso con otras luchas sociales. En este período, el pensamiento feminista se enlazaba con los movimientos abolicionista de la esclavitud y el sufragista del derecho al voto de las mujeres, incorporando progresivamente una mirada interseccional que reconocía la confluencia entre género, clase y raza en las estructuras de opresión.
La interseccionalidad
En la Convención de Seneca Falls (Nueva York) celebrada en 1848, se puso de manifiesto que diferentes ejes de opresión —como por ejemplo la raza, el género y el estatus socioeconómico— pueden entrelazarse y generar formas específicas y acumulativas de discriminación. La opresión no se manifiesta solo de manera individual por cada uno de estos factores, sino que actúa de manera interdependiente y multiplicadora, afectando con más intensidad aquellas personas situadas en la intersección de varias identidades marginadas. Este planteamiento, a pesar de que todavía incipiente en aquel momento, anticipaba una crítica más profunda a las estructuras de poder, que a menudo invisibilizan las experiencias de las mujeres no blancas, pobres o pertenecientes a minorías culturales. Esta línea de análisis seria teóricamente desarrollada décadas más tarde por la jurista Kimberlé Crenshaw, quien, en el 1989 acuñó el concepto de interseccionalidad.
Según la perspectiva de la interseccionalidad, las desigualdades no se pueden comprender de manera aislada, sino como el resultado de la interacción simultánea y contextual de múltiples ejes de opresión, como por ejemplo el racismo, el sexismo o el clasismo. Crenshaw demostró que las mujeres negras experimentan formas de discriminación que no pueden explicarse únicamente por la raza o por el género por separado, sino por la combinación de ambos factores. Así, la interseccionalidad permite visibilizar la realidad de muchas mujeres que quedan excluidas de los marcos analíticos tradicionales, centrados a menudo en experiencias blancas y de clase media. A pesar de haber surgido para analizar la experiencia de las mujeres afroamericanas, este enfoque se ha extendido a otros colectivos, como las mujeres sudamericanas, asiáticas o indígenas, y se ha convertido en un instrumento fundamental para entender la complejidad de las injusticias sociales contemporáneas.
En muchos casos, la combinación de distintos factores de exclusión o discriminación genera sinergias y efectos multiplicadores, especialmente cuando se produce una confluencia entre movimientos sociales que comparten objetivos comunes. Así, la colaboración entre luchas, como la feminista y la abolicionista, puede intensificar la capacidad transformadora de cada una de ellas. En este sentido, en Estados Unidos de América, muchas sufragistas se involucraron activamente en el movimiento antiesclavista, y tal como señala la historiadora Mary Nash, esa implicación no sólo reforzó los vínculos entre la lucha feminista y la abolicionista, sino que proporcionó a las mujeres una valiosa experiencia organizativa y política.
¿NO SOY UNA MUJER?
La Convención de Seneca Falls marcó un hito en la historia del feminismo estadounidense, ya que surgió la Declaración de Sentimientos, un documento inspirado en la Declaración de Independencia de Estados Unidos de 1776, que afirmaba, en esencia, que hombres y mujeres son creados iguales. La profesora Annelise Orleck destaca este acontecimiento como el punto de partida simbólico del feminismo estadounidense, al articular un manifiesto de derechos femeninos y proclamar de forma explícita la igualdad entre sexos.
En este contexto, la interseccionalidad se ha consolidado como un instrumento analítico clave para comprender las desigualdades superpuestas que afectan a las mujeres. Aplicada al sufragismo, esta perspectiva nos permite visibilizar la importancia de integrar las experiencias de mujeres racializadas y de clases sociales marginadas, habitualmente excluidas de los relatos dominantes.
Sojourner Truth, mujer afroamericana nacida en la esclavitud, fue una pionera del feminismo negro. El año 1851, durante la Convención sobre los Derechos de las Mujeres de Ohio, pronunció su célebre discurso «¿No soy una mujer?» en el que denunciaba como el racismo y el sexismo no solo coexistían, sino que se entrelazaban para reforzarse mutuamente en la exclusión social y política. Con esto, ponía de relieve que las formas de opresión no actúan de manera aislada, sino que se combinan y multiplican sus efectos devastadores.
Frederick Douglass, ex esclavo y destacado defensor del sufragio femenino, tuvo un papel esencial en esta articulación interseccional de las luchas sociales. Su apoyo a la Convención de Seneca Falls y su compromiso con la igualdad de género y raza, evidenciaron la necesidad de vincular las luchas contra la opresión racial y la subordinación de las mujeres. El 1852, en Nueva York, Douglass pronunció su famoso discurso ¿Qué es el 4 de julio para un esclavo?, en que, según la historiadora Manisha Sinha, se pone de manifiesto que tanto la esclavitud como la discriminación de las mujeres arraigaban en una misma lógica de deshumanización sistémica.
En ese discurso, Douglass no sólo denunciaba las injusticias raciales, sino que también defendía apasionadamente el derecho al voto femenino, subrayando cómo los movimientos por la igualdad podían fortalecerse mutuamente si reconocían y abordaban las múltiples formas de opresión. Afirmaba además, que los derechos políticos y sociales de las mujeres no eran sólo una cuestión de justicia sino un requisito indispensable para el progreso moral y democrático de la sociedad.
Resumen i reflexión
El feminismo ha experimentado una profunda evolución a lo largo de la historia, desde los primeros planteamientos críticos en la Edad Media y los debates filosóficos de la época ilustrada, pasando por la acción política de la Revolución Francesa y los movimientos sufragistas de los siglos XIX y XX, hasta las luchas contemporáneas del siglo XXI. Autoras como Mary Astell, Olympe de Gouges y Mary Wollstonecraft sentaron las bases ideológicas del pensamiento feminista moderno, mientras que figuras como Sojourner Truth y Frederick Douglass transformaron estas ideas en acción, vinculando la lucha por los derechos de las mujeres con otros movimientos emancipadores. Así pues, la introducción del concepto de interseccionalidad ha permitido abordar las desigualdades desde una perspectiva más inclusiva, incorporando las voces de mujeres racializadas como Truth y de aliados como Douglass.
En la actualidad, el feminismo se ha diversificado y globalizado, incorporando nuevos enfoques como el ecofeminismo, el feminismo descolonial y el ciberfeminismo, abordando cuestiones como la violencia de género, las identidades disidentes y la desigualdad económica. Esta evolución constante refleja la capacidad del feminismo para adaptarse a los desafíos sociales de los nuevos tiempos y seguir siendo una fuerza transformadora para la justicia, la igualdad y la diversidat.
En último término, este recorrido por el feminismo y la interseccionalidad nos recuerda una verdad fundamental: todas las personas, sin excepción, son iguales en dignidad y merecen ser tratadas con equidad y respeto.
Arturo Gradolí. Doctor en estudis històrics i socials en ciència, tecnologia i comunicació científica. Filòsof, informàtic i historiador.
13-07-2025
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Recursos
Huda Sha’arawi(1879-1947), una egipcia y figura relevante dentro del movimiento feminista árabe. En 1986 publicó el libro: Harem Years: «The Memoirs of an Egyptian Feminist, 1879-1924» que relata las experiencias personales y su trayectoria hacia el activismo político y feminista. Destaca la importancia de la educación como herramienta de empoderamiento y uno de los momentos clave del libro es cuando en 1923 se levanta el velo públicamente, simbolizando un acto de rebelión contra las normas sociales y culturales establecidas.
Kimberlé W. Crenshaw (1991). «Mapping the Margins: Intersectionality, Identity Politics, and Violence Against Women of Color», 43(6), 1241-1299. Con la interseccionalidad, Crenshaw demostró que las mujeres negras experimentan formas de discriminación que no pueden explicarse únicamente por la raza o por el género por separado, sino por la combinación de ambas.
Mary Wollstonecraft(1759-1797), escritora y filósofa inglesa (madre de Mary W. Shelley, la autora del Frankenstein.) es una de las fundadoras del feminismo moderno. En 1792 publicó “La reivindicación de los derechos de la mujer” poniendo el acento en la educación de las mujeres y en donde reivindicó algo tan obvio hoy, como que las mujeres son seres humanos que merecen los mismos derechos fundamentales que los hombres. También tuvo el valor de rechazar públicamente las tesis misóginas de Rousseau sobre las mujeres y sus alegaciones sobre que el objetivo de vida de ellas era complacer a los hombres.
Mary Nash(2012), historiadora contemporánea y filósofa irlandesa residente en Cataluña desde 1968. Publicó en 2012 la segunda edición ampliada de «Mujeres en el mundo. Historia, retos y movimientos”. El libro traza una genealogía del pensamiento feminista que se remonta desde la Edad Media hasta la actualidad, resaltando el papel a menudo invisibilizado de las mujeres en la cultura, la política, la economía y la ciencia. Un libro imprescindible para leer y releer.
Orleck, Annelise. “Rethinking the So-Called First Wave: An Extremely Brief History of Women’s Rights Activism in the US Before 1920”.
Sinha, Manisha. «The Blacks Man’s Burden». En The Slave’s Cause: En History of Abolition, pp. 299-338. New Haven: Yale University Press, 2016.
Artículos y vídeos:
5-10-2022 Así nació el movimiento #MeToo: un artículo periodístico y un tuit, de Judit Bertran (El periódico). Trata sobre la emergencia de este movimiento que impulsó la visibilización y denuncia del acoso sexual en diversos sectores.https://www.elperiodico.com/es/ocio-y-cultura/20221005/too-movimiento-nacio-tuit-articulo-76224737
23-8-2023 ‘Barbie’ intenta dejar el sexismo atrás para ser un nuevo símbolo feminista, de Paula Mateu (La vanguardia). En clave interseccional, se considera que Barbie representa un feminismo liberal ligado a un sistema económico y cultural occidental, sin tener en cuenta otras desigualdades que afectan a las mujeres. https://www.lavanguardia.com/encatala/20230814/9166591/barbie-intenta-dejar-sexismo-atrás-por-nuevo-simbolo-feminista.html
23-10-2024 El harén político, de Olivia Muñoz-Rojas (El País) Examina cómo las interpretaciones patriarcales del islam han distorsionado el papel de las mujeres en esta religión.https://elpais.com/babelia/2024-10-23/el-haren-politico.html?utm_source=chatgpt.com
Vídeo: Busquets, Anna. Lloret, Mariona. Un breve recorrido por los movimientos sociales contemporáneos, 2019 UOC.
Vídeo: Busquets Anna. Entrevista en Julia Nuño de la Rosa, 2019 UOC.
Manifiestos y declaraciones políticas:
Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana (Olympe de Gouges, 1791). Inspirada en la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de dos años antes (1789), es una declaración feminista reivindicativa muy potente para esa época: «La mujer nace libre y es igual al hombre en derechos».
Declaración de Séneca Falls (1848). Continuando la lucha de Olympe de Gouges y Mary Wollstonecraft, esta declaración es considerada como el texto fundacional del feminismo como movimiento social organizado, así como el punto de inicio de la lucha sufragista organizada en EEUU que culminaría en la obtención del derecho al voto en 1920. contemporáneo.
Resoluciones de Naciones Unidas sobre derechos de las mujeres (CEDAW, 1979). Estas resoluciones están consideradas como uno de los instrumentos jurídicos más importantes para la protección de los derechos de las mujeres en el ámbito mundial para erradicar la discriminación, promover la igualdad de género, proteger los derechos humanos de las mujeres y superar las desigualdades estructurales sistémicas (económicas, educativas, políticas, familiares, sociales, culturales).
WEBs:
Observatorio IQ (Observatorio de la Igualdad de la UAB) https://www.uab.cat/observatori-igualdad El Observatorio es un Instituto vinculado a la Universidad Autónoma de Barcelona dedicado al análisis de la igualdad de género. Publica estudios e informes sobre políticas de igualdad y feminismo institucional.
Center for Gender Studies – University of Cambridge https://www.gender.cam.ac.uk Se trata de un Centro académico de la Universidad de Cambridge que ofrece investigaciones y programas de estudios sobre género y sexualidad. Proporciona informes, seminarios y recursos sobre el feminismo académico.
Feminismo asiático: ni mujer dragón ni flor de loto https://hamacaonline.net/projects/feminismo-asiatic-pantalla/ En la web se explora un feminismo interseccional centrado en las experiencias de mujeres asiáticas y asiático-descendientes. Aborda cuestiones como el racismo, los estereotipos y la identidad cultural.