Hawai prohíbe las cremas solares: oxibenzona, playas muertas y cáncer
06/2018
El Acuerdo de París sobre el cambio climático impulsa un desarrollo sostenible con bajas emisiones de CO2 y una reducción significativa de agentes químicos contaminantes, lo cual es absolutamente crucial y urgente para proteger la vida humana, la salud pública y el medio ambiente. No obstante, centrar nuestra atención únicamente en las emisiones puede llevarnos a adoptar un enfoque limitado para abordar los problemas medioambientales. Por ejemplo, la extinción del 20% de los corales marinos en los océanos del planeta, que se atribuye al cambio climático, requiere un análisis más amplio que considere otros factores como la acidificación del océano y la contaminación por productos químicos nocivos vertidos al mar. Es esencial que nuestras estrategias de mitigación del cambio climático sean integrales y que abarquen todas las posibles amenazas al ecosistema para lograr una verdadera protección del medio natural.
La oxibenzona y la muerte de la pequeña fauna
Estudios científicos realizados por expertos independientes, es decir, no financiados por los intereses comerciales de las empresas de los sectores químico, farmacéutico y de la cosmética, como por ejemplo, el estudio sobre los efectos toxicopatológicos del filtro solar UV oxibenzona, constatan que las mediciones de la presencia de oxibenzona en los arrecifes de coral de las zonas costeras habitadas o con presencia constante de turistas en las Islas Vírgenes y Hawai, detectaron concentraciones 12 veces superior a las suficientes para que se produjera el blanqueo y la muerte de los corales. El radio de acción de un solo bañista portador de oxibenzona en su piel alcanza más de 50 metros, lo que llevó a la prohibición de esas cremas solares en los ecoparques marinos de México.
La oxibenzona se presenta en múltiples denominaciones: BP-3, benzophenone-3, 2-hydroxy-4-methoxphenyl phenylmethanone, o también, CAS No. 131-57-7. Este elemento químico mata las larvas de animales y envenena las costas de arrecifes de coral, por lo que centrar la lucha ambiental en las emisiones de CO2 y desestimar otras causas como los vertidos de aguas residuales con agentes tóxicos en las costas, es sin lugar a dudas un fatídico error. En otras palabras, centrar los problemas únicamente alrededor del cambio climático puede enmascarar otras causas de alto impacto perjudicial en la salud humana y el medioambiente. Así pues y según estudios científicos independientes, la verdadera causa de la muerte de los corales y la fauna marina más vulnerable se debe a contaminantes químicos como la oxibenzona.
Por consiguiente, esta anomalía química que ha introducido el ser humano en la naturaleza, hace que me pregunte lo siguiente: ¿Podría la oxibenzona ser el agente químico causante de la abrupta extinción de las tellinas en algunas playas valencianas cuando hace unas tres décadas comenzó el boom de las cremas para protegerse del Sol? (p.e. la playa de les Palmeres a Sueca). Este fenómeno de «playas muertas de fauna pequeña» bien merece un estudio por parte de las autoridades valencianas. Respecto de lo anterior, en el año 2022 he podido constatar in-situ y con los testimonios de algunos habitantes de las islas Galápagos, que en las playas turísticas, y solo en las playas turísticas o cerca de vertidos de aguas residuales, ocurrió exactamente lo mismo con las ostras. Mientras los bañistas sigan usando oxibenzona, las ostras no serán más que conchas vacías. El negocio es el negocio, aunque sea a costa del medio ambiente y de la salud.
La salud amenazada: el cáncer
Además, la oxibenzona es un agente químico muy perjudicial para la salud, sobre todo, cuando se expone en la piel a los rayos solares porque se absorbe por la misma piel e invade todo el organismo. De hecho, en estudios con cobayas de laboratorio, la exposición a la oxibenzona afectó significativamente la fecundidad, así como la inducción de una mortandad inexplicable en la prole. También exhibe actividades procancerígenas, como la proliferación de células de cáncer de mama. Este tóxico, que se encuentra en multitud de productos cosméticos, como las cremas solares, bloquea los rayos UV e impide la transformación en la piel de la provitamina D en vitamina D («la del Sol» en un 90%). La deficiencia de vitamina D produce enfermedades como el raquitismo, la osteoporosis, enfermedades infecciosas, autoinmunes y cáncer. La cosa sana es una alimentación adecuada y tener un poco de mesura al tostarse al Sol para no achicharrarse como una morcilla abrasada, y eso es muy perjudicial.
En pocas palabras, más de treinta años después de la introducción de los protectores solares con filtros químicos como la oxibenzona —responsables del blanqueamiento y la muerte de corales y fauna marina—, algunas marcas cosméticas han decidido, por iniciativa propia, eliminar estos compuestos de sus productos. Así lo anuncian: «Todos nuestros productos están libres de los filtros UV Oxibenzona y Octinoxato, nocivos para el medioambiente». Ojalá otros fabricantes sigan este ejemplo y no se repita lo ocurrido con sustancias como el DDT, el asbesto o el plomo, en los que su toxicidad era bien conocida, pero cuya prohibición se retrasó durante décadas. En cualquier caso, la ley que prohíbe en Hawai las cremas solares con oxibenzona es una noticia esperanzadora para el medio natural y para la salud humana.
Documento científico:
Efectos toxicopatológicos del filtro solar UV oxibenzona
Arturo Gradolí. Doctor en estudios históricos y sociales en ciencia, tecnología, medicina y comunicación científica. Filósofo, informático e historiador de la ciencia.
06/2018
Revisado: 07/2024